Así como la lluvia riega los campos baldíos y vuelve la vida como por arte de magia surgiendo en dónde parecía imposible, así, con las primeras lluvias, volvemos a insuflar vida a este blog de biblioteca y a despertarnos del letargo otoñal. Atrás quedaron el verano con las arenas de las playas y el salitre de la mar, el dulce céfiro y las calores sofocantes que maduraron hasta el fruto del membrillo.
Ya es hora de desempolvar de los rincones del tiempo el mundo de las letras. Los libros esperan a ser descubiertos por unas manos ávidas de perderse entre sus páginas y demostrar que hasta de una pandemia se puede salir victorioso con un libro bajo el brazo y una buena lectura.
Fluye de nuevo la vida en este blog para difundir las actividades que se hacen en nuestro Centro a pesar de todas los inconvenientes pandémicos porque la información y la comunicación debe fluir como un río del saber y del conocer.
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